La mayoría de las redes sociales funcionan con user-generated content. Es decir, el contenido de la plataforma es creado por los propios usuarios de esta. Te sonarán los famosos influencers, pues estas figuras se han convertido en los grandes creadores de contenido de las redes y, por consecuencia, los que hacen que el resto de los usuarios sigan activos. Ya nadie se sorprende al saber que los creadores digitales han hecho de esto su profesión y que consiguen beneficios participando en campañas de publicidad de grandes y pequeñas marcas. Lo que sí sorprende es saber que, la mayoría de las aplicaciones que se lucran de ese user-generated content, no pagan a sus creadores. TikTok rompe la regla y sí monetiza los vídeos de sus usuarios. La conversión es baja, pero existe y recompensa parte del esfuerzo que los creadores invierten en sus vídeos.