Cuando entras a formar parte de Clubhouse lo primero es crear tu perfil personal. En él puedes crear una descripción y enlazarlo a tus cuentas tanto de Instagram como de Twitter.
Seguidamente, puedes elegir tus intereses o seguir a personas específicas, para que la misma app te recomiende salas en las que participar.
También existe un buscador en el que puedes consultar temáticas y salas activas a las que unirte. Inicialmente los temas más frecuentes eran tecnología y actualidad, pero a día de hoy hay de todo tipo: economía, política, cultura, ocio, deporte…
Cada sala cuenta con un máximo de 5.000 usuarios y un moderador, que es el creador de la misma. Cualquier usuario puede iniciar una nueva sala y los participantes que se unan pueden simplemente escuchar la charla o pedir al moderador que les deje intervenir.
Una de las características más curiosas es que las charlas no cuentan con ningún tipo de registro, el contenido es efímero y sólo pueden acceder al mismo los miembros conectados a esas salas virtuales en directo. Este contenido efímero tiene un gran éxito en la actualidad, como por ejemplo en las stories de Instagram, pero por otro lado son muchos los que se quejan de no poder acceder de nuevo a su contenido favorito en Clubhouse ya que no se graba ni archivan en ningún lado.