Antes que nada, nos gustaría remarcar la importancia de elegir bien los canales a través de los cuales te vas a comunicar con tu público objetivo.
Esta elección requiere de un previo análisis, pues “estar por estar” en una red social no sirve de nada. No se trata de llenar tu página web con infinidad de botones que te redirijan a redes sociales en desuso, sin actualizar o, peor aún, inexistentes. Esto sólo va a conseguir un efecto negativo: dar una mala imagen, perder seriedad y, con ella, confianza.
Cada red social en la que estés presente va a requerir de un tiempo y un esfuerzo y, si no vas a ser capar de dedicárselo, mejor no perder el tiempo desde un principio. Céntrate en estar presente en aquellas redes sociales que mayores beneficios te vayan a aportar y de las que estés seguro que vas a poder gestionar debidamente. Es mejor tener pocas redes sociales bien gestionadas, que estar en todas y tenerlas semi-abandonadas. Tener constancia y publicar contenido de calidad van a ser tus mejores aliados.
Dicho esto, si has entendido la importancia de la presencia online y realmente quieres implicarte y beneficiarte de las redes sociales, ¿cómo elegir cuáles son las adecuadas?
En primer lugar, debes analizar qué tipo de negocio tienes: ¿ofreces servicios o vendes productos?, ¿se trata de un negocio que se dirige a otros negocios (B2B) o directamente a clientes (B2C) ?, ¿en qué categoría encaja este negocio?, etc.
Posteriormente, es importante analizar cuál es tu público objetivo y en qué redes sociales se encuentran. Hay que tener en cuenta que éstas variarán dependiendo de muchos factores como intereses, ubicación, etc. Cuanto más definido y segmentado sea tu público objetivo, más fácil será la tarea.
Además, debes tener claro qué tipo de contenido quieres publicar. Artículos, vídeos, consejos, tutoriales, fotografías, noticias… Algunos de estos formatos encajan o no con cada red social, por lo que es imprescindible que tengas esto claro. Para esto es muy importante aprender a ponerse en la piel del otro. Pregúntate: si tú fueses el consumidor, ¿qué contenido te gustaría ver y dónde?
Finalmente, analiza a tu competencia. ¿En qué redes sociales están presentes? ¿Tienen algún tipo de interacción en ellas o pasan desapercibidos? ¿Hay alguna técnica que les funcione? Observar los errores que cometen también resulta de gran utilidad para no tropezar con la misma piedra.