Un NFT, en inglés ‘non fungible token’, es literalmente un “token no fungible” que existe en un blockchain. ¿Te has quedado con cara de póker? Vamos a intentar describírtelo de manera sencilla:
Un token es un signo de propiedad de un activo. Por ejemplo, una entrada de cine te garantiza la propiedad temporal de un asiento en la sala de cine durante una sesión específica.
Por otro lado, que sea o no fungible hace referencia a que el activo es fácilmente intercambiable o no por otra unidad equivalente. Por ejemplo, un billete de cinco euros es fungible, porque puede cambiarse fácilmente por otro billete de cinco euros y el valor final será el mismo.
Entonces, ¿qué es un token no fungible? Un NFT, también conocido como un criptocoleccionable, es un signo de propiedad de un activo que NO se puede intercambiar con facilidad porque es ÚNICO. Así como en el caso de una criptomoneda todos los tokens se crean del mismo modo y tienen el mismo valor (por ejemplo, un Bitcoin tiene el mismo valor que otro Bitcoin), los criptocoleccionables son únicos y diferentes entre sí. Es decir, que cada NFT tiene un valor diferente y singular.
Los NFT utilizan la tecnología blockchain de Ethereum, una criptomoneda en auge, lo que supone una completa trazabilidad. Gracias al blockchain, existe un registro completamente transparente que registra cada transacción realizada, por lo que se identifica públicamente al creador y al propietario de un contenido específico.
Para coleccionar y acceder a tus NFT debes hacerlo con una cartera digital, como Trust Wallet o MetaMask y éstos existirán en una dirección. Es a través de plataformas digitales como OpenSea o Foundation donde es habitual comprar o vender estos NFT, por lo general mediante subastas y utilizando criptomonedas, siendo la más habitual los Ethereums. No obstante, cualquiera puede vender un NFT en la moneda que desee.
Llegados a este punto te preguntarás, ¿qué tiene que ver todo esto con el arte digital?
Pues que si un NFT es único y verifica la autenticidad de una obra, sirve a modo de certificado para demostrar que posees el original de la misma. Y es que cualquiera puede comprar un póster de Van Gogh en la tienda de un museo, pero no cualquiera puede comprar un original. Es por ello que el fenómeno NFT está suponiendo una revolución en el mundo del arte digital que probablemente marque un antes y un después. Por ejemplo, uno de los casos más recientes y famosos es el del artista Mike Winkelmann, más conocido como Beeple, que ha vendido una obra de arte por 69 millones de dólares. Y no es el único que está sacando una buena tajada, sigue leyendo porque hay mucho más detrás de todo esto.