El color es una herramienta fundamental a la hora de desarrollar la identidad corporativa de una marca. A nivel visual, es uno de los aspectos que más rápido percibimos y que más llama la atención. De hecho, muchas veces reconocemos antes una marca por su color corporativo que por otros elementos, como logo, nombre, etc.
Múltiples estudios revelan que la paleta cromática elegida por una marca modifica la percepción de sus clientes. Es por ello que una buena o mala decisión en cuanto a la elección de colores influye positiva o negativamente en la decisión de compra y puede provocar diferente tipo de emociones.
Así pues, debemos estar seguros de que los colores corporativos transmitan el mensaje apropiado, a la vez que complementen al naming y refuercen la identidad visual, por lo que siempre hay que tener en cuenta la psicología del color.
Además, hay que tener en cuenta que una buena elección de paleta cromática probablemente acompañará a una marca por el resto de su vida útil.