Montar un bar en medio del desierto es una apuesta peligrosa: si carece de visibilidad, ¿cómo va a saber alguien de su existencia? Las redes sociales pueden darle una vuelta a esta premisa, pues lo que era una idea muy arriesgada puede acabar convirtiéndose en la más original e insólita y llevar al éxito al local. Gran parte de ello depende de cómo sepamos gestionar y proyectar nuestra propia imagen corporativa, sobre todo en Internet. Bajo esta premisa, las redes sociales pueden ser un gran recurso o convertirse en un gran dolor de cabeza.
Y es que gestionar las redes sociales de un negocio no es fácil, cada paso en falso puede ser contraproducente o incluso costarte la reputación digital que has trabajado durante años. Por no mencionar que todo queda grabado para siempre en tu huella digital. Por eso insistimos en la idea de elaborar un plan estratégico que atienda especialmente a las redes sociales con un calendario editorial para cada una de ellas, o en todo caso, externalizarlo contando con los servicios de un profesional.
A lo largo de nuestra experiencia auditando redes sociales y gestionando la comunicación digital de muchas empresas, hemos observado algunos errores frecuentes que ilustran muy bien por qué una mala gestión puede perjudicar a tu empresa:
1. Publicar contenido pobre: fotos de baja calidad, contenido poco coherente, poco llamativo o incluso fotos borrosas es algo con lo que nos encontramos a diario. Si quieres promocionar tu negocio en las redes sociales, es crucial que el contenido que publiques sea atractivo e interesante, de lo contrario, pasará sin pena ni gloria. Dedica tiempo a planear las fotos o contenido que vas a publicar y, si no tienes la capacidad necesaria, acude a un profesional.
2. Publicar en exceso o publicar muy poco: encontrar el punto intermedio es muy difícil. No hay fórmulas milagrosas. La única manera de garantizar que ni te pasas de largo ni te quedas corto es elaborar un calendario editorial que establezca de manera estratégica, entre otras cosas, la frecuencia con la que vas a publicar.
3. Omitir información básica: si la intención de que tu empresa esté presente en las redes sociales es darla a conocer y llegar a tu público objetivo, resulta lógico que la información esencial debe estar presente en tus perfiles, ¿verdad? Nos encontramos cada día con perfiles en los que es imposible encontrar la dirección, el teléfono, contacto o la página web del negocio. Esto puede suponer una gran pérdida de clientes potenciales… recuerda que cuanto más fácil se lo pongas para contactarte, mejor.
4. Mala configuración de los perfiles: el perfil es privado y no puede acceder todo el mundo, no está optimizado para las necesidades del negocio o incluso el contenido se cuelga en un perfil privado en lugar de uno solo para la empresa. Son errores tan básicos que te sorprendería lo comunes que son. Jamás deben mezclarse las cuentas personales con las profesionales, una cosa es tu vida personal y otra cosa es tu negocio.
5. No utilizar el lenguaje adecuado: la manera en que una empresa se comunica es una de sus características más distintivas. El tono que utilizas en las redes sociales tiene que ser coherente con la realidad de tu marca, sus valores y la postura que asume. Se trata de decir lo que tu público quiere y necesita escuchar en consonancia con tu identidad corporativa: si, por ejemplo, das la imagen de seriedad, discreción y formalidad, en redes sociales tienes que mantener ese tono y no utilizar un lenguaje informal como si te dirigieses a tus amigos en el ámbito privado.
6. No elegir adecuadamente la red social que necesita tu negocio: querer estar en todas las redes sociales “porque sí, porque es la moda y para vender más” es una inversión de tiempo y dinero inútil. Es muy importante analizar el mercado para identificar dónde están los clientes que te interesan. No tiene sentido, por ejemplo, tener un perfil en Twitter – con todo lo que ello conlleva- si en esa red social no está tu público objetivo o un perfil en Youtube si no tienes capacidad o recursos para crear contenido audiovisual. Si necesitas ayuda, en este post te ayudábamos a elegir qué red social necesita tu negocio.
7. No dar feedback: no olvides que las redes sociales son un camino de dos direcciones. En Internet es importante atender a todos tus usuarios y demostrar que les escuchas y les tienes en cuenta. Tómate cada duda o queja como una oportunidad para mejorar, ofrece soluciones y no dejes ninguna sin contestar porque ignorarlo da una imagen nefasta.
8. Tu competencia no entra en la estrategia: a veces por miedo, a veces por ignorancia. Lo primero es saber quién es tu competencia para estudiar sus movimientos y sus estrategias. Además, estudiar tu competencia te ayudará a no cometer sus mismos errores o anticiparte a ellos.
9. No aprovechar los recursos de cada plataforma: cada red social tiene sus características y ofrece recursos distintos. Una buena estrategia incluye el estudio y la optimización de todos esos recursos: hashtags, emojis, ubicaciones, o incluso formatos propios de cada red social como Reels de Instagram o los eventos de Facebook.
10. No medir los resultados: lo primero que hay que preguntarse para elaborar una estrategia es qué se quiere conseguir con ella. Después se debe determinar cómo medir los logros y qué parámetros establecer para monitorizar los resultados. Es lo que en marketing llamamos Key Performance Indicator (KPI), o indicadores clave del rendimiento. Sólo monitorizando y analizando los resultados se puede saber si las acciones están funcionando en torno al objetivo marcado.
En definitiva, si quieres que tu negocio tenga una buena imagen en las redes sociales será mejor que no cometas estos errores básicos. Evitar malas prácticas en Internet será, con toda seguridad, un acierto para la gestión digital de tu empresa. Si te ha resultado interesante, no te pierdas nuestro artículo “Los 7 errores más comunes a la hora de hacer publicidad en redes sociales“.
¿Necesitas ayuda con la gestión de las redes sociales de tu negocio? En àncar studio te ayudamos, ponte en contacto con nosotros y déjate asesorar por un equipo de expertos.