Nadie duda de que las redes sociales han supuesto un cambio radical en la relación con los clientes de una empresa. Ahora el trato con nuestra audiencia es todavía más rápido, ágil y dinámico, y supone uno de los canales de comunicación más importantes para un negocio. Por eso es vital una buena gestión de las redes sociales: es un nuevo espacio donde entender y escuchar a nuestros usuarios, saber cómo podemos mejorar el servicio que les ofrecemos, atraer a potenciales clientes y a la vez fidelizar a los que ya tenemos. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2019 más de la mitad de las empresas ya utilizaban plataformas sociales. Y el estudio anual de redes sociales de IAB Spain de 2019 dice que el 85% de los internautas de entre 16 y 65 años usan las redes sociales de manera diaria, por lo que claramente vale la pena estar presente en estos espacios. Además, España es el país de Europa que más utiliza Whatsapp en el social media, y está cerca de liderar el uso de Facebook.
En realidad, las redes sociales son la herramienta perfecta para nuestra empresa. Otra forma de acercarse todavía más al cliente es casi inimaginable: sabemos qué piensa de nuestra marca y nuestro servicio, del producto que le ofrecemos e incluso de nuestros competidores. La idea es dar un paso más allá y utilizar esta información para crecer y mejorar en el sector.
Si ya has llevado las redes sociales de tu empresa, sabrás que todo esto es ligeramente más complejo de lo que aparenta. No basta con encargar este trabajo a un empleado que no tenga la formación y el tiempo necesario. En este artículo te contábamos los diez errores más habituales de las empresas en redes sociales, y es que, entre ellos, se encuentra la falta de un plan estratégico lógico y profesional.
Y es que el mal uso de las redes sociales puede llegar a ser contraproducente para el negocio si no se hace con la dedicación y el compromiso que requiere. A menudo vemos errores muy comunes entre las empresas que desencadenan en crisis de reputación muy difíciles de solventar. Uno de los desaciertos es no mantener la línea coherente de profesionalidad en las publicaciones. O, por ejemplo, publicar lo primero que se les pase por la cabeza en lugar de seguir una estrategia basada en un calendario editorial: es mejor asegurarse de que la publicación contiene información de calidad para la audiencia que compartir mucho contenido sin ningún tipo de interés. Es muy importante encontrar el punto justo entre publicar en exceso y publicar muy poco. Tampoco hay que olvidar que las redes sociales son un camino de dos direcciones: la audiencia necesita feedback. Detrás de la pantalla hay alguien que necesita sentirse atendido y escuchado. No basta con que lo hagamos, tenemos que demostrar que estamos haciéndolo.
Por otro lado, las redes sociales han sido creadas y pensadas como un medio de interrelación entre personas. Este uso original no comprende el ‘autobombo’, que suele quedar muy mal en las redes sociales de nuestro negocio. La autopromoción no es el único fin de estas plataformas, y por mucho miedo que tengamos a la competencia, es importante encontrar la forma de interactuar con otros negocios de nuestro entorno para dar una imagen segura de sí misma, desenfada y amigable. A la vez, hay que aprovechar esta ocasión para estudiar los movimientos y estrategias de nuestros competidores, detectar qué cosas debemos mejorar y qué está haciendo mal nuestra competencia para no caer en los mismos errores.
Además, hay que saber detectar dónde está nuestro público objetivo para conocer en qué plataforma tenemos que estar presentes y en cuál no hacemos tanta falta. El que mucho abarca poco aprieta: para estar en todas las redes sociales hay que tener la capacidad profesional y económica para gestionarlas, pretender tener una visibilidad que no podemos manejar es un grave error. Tampoco vale copiar y pegar el contenido que publicamos de una plataforma a otra. Una buena estrategia comprende un calendario con contenido personalizado y adaptado para cada plataforma, sabiendo qué perfil de usuario está presente en cada una de ellas.
En resumen, si queremos que las redes sociales sean beneficiosas para una empresa hay que cuidarlas y gestionarlas con profesionalidad. Por eso, la mejor opción es contar con una persona cualificada en la que confiemos para hablar en nombre de nuestro negocio. Aquí entra en juego la labor del community manager: un profesional entrenado y formado para gestionar la imagen de la empresa en Internet. De entrada, tienen una gran capacidad de empatía y comunicación que les servirá para gestionar la comunidad online que crean los usuarios, atender sus necesidades y potenciar el alcance del mensaje que quieres hacer llegar a tus clientes.
Es un buen aliado de tu negocio, pues se compromete con la marca y se convierte en un estratega que sabrá monitorizar tus redes sociales para realizar una escucha activa de los usuarios y extraer un análisis que evidenciará la parte más emocional de tu público. Además, con tu ayuda creará contenido específico y personalizado para consolidar y potenciar tu imagen corporativa en las redes. Al fin y al cabo, la labor de un community manager es ser amigo del usuario para acabar convirtiéndolo poco a poco en un cliente, como te contamos en este post.
Para ello dispone de herramientas y conocimientos técnicos que le permiten desarrollar su trabajo. Tu gestor de redes sociales conoce, por ejemplo, a qué hora se suelen conectar la mayoría de tus usuarios para programar el contenido en los momentos de mayor audiencia, o qué tipo de contenido prefieren consumir y les aporta más valor. Estará en contacto contigo y con los miembros de tu empresa de forma proactiva para transmitir con exactitud los valores y la identidad de marca de tu empresa.
Estos profesionales saben la importancia de transmitir una imagen coherente con la identidad corporativa de la empresa a la que representan. En otro post ya te explicamos que mostrar coherencia entre todos los elementos que forman parte de la identidad de una empresa da sensación de profesionalidad, credibilidad y confianza, y es responsabilidad del community manager armonizar la imagen del negocio.
La contratación de este tipo de profesional es, en definitiva, esencial para una empresa hoy en día. La reputación de tu negocio depende en buena parte de su prestigio y popularidad en Internet, y delegar esta responsabilidad en un buen community manager es la decisión más acertada.
En àncar studio nos dedicamos a gestionar las redes sociales de tu empresa para ayudarte a conectar con tus clientes y conocerlos mejor que nunca. Nos encantaría que contactaras con nosotros para que nos cuentes cómo podemos ayudarte.